Cuanta más profunda es la escucha más potente es la sanación. A veces no hace falta el lenguaje verbal, una escucha aportando espacio, silencio, no juicio, aceptación de lo que hay...puede hacer que la persona escuchada se sienta mejor y que ocurran "milagros"...lo escondido es a veces revelado, el paquetito en el que habíamos guardado el trauma es abierto con amor, integrado en lo que hay y sublimado hacia la salud y el bienestar.
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