domingo, 18 de febrero de 2024

Cómo es una sesión

 

El cuerpo humano no sólo digiere los alimentos, lo que vale lo utiliza, ya sea para obtener energía, para crear estructuras y/o mantenerlas. Lo que sobra se convierte en residuos (heces, orina, sudor, …). 

Pero no sólo digerimos alimentos, también tenemos que digerir experiencias de la vida diaria, pensamientos que vamos teniendo, encuentros con otras personas, etc. Esa digestión también genera una dualidad, hay cosas que nos nutren, nos hacen bien, pero hay otras que hay que eliminar, ya que al igual los alimentos que no digerimos bien o abusamos de ellos, nos pueden crear problemas (obesidad, mal función de órganos cuando se acumulan sustancias nocivas, …).

 Pues bien, esas experiencias, pensamientos, situaciones que ocurren en relaciones, etc.  no pueden ser digeridas adecuadamente y se acumulan en nuestro cuerpo, generando en muchas ocasiones dolencias crónicas, dolores de espalda, tensión alta, estrés continuado, ataques de ansiedad, problemas de fertilidad, malas sensaciones corporales o al final enfermedades.

 Una manera de ayudar a digerir es mediante esta técnica, que consiste en que el terapeuta va a crear un espacio seguro en el que la persona, sobre todo a nivel subconsciente, se va a sentir protegido, sostenido y escuchado, permitiendo la “digestión” de esos aspectos que están en nuestro cuerpo y nos están alejando de la situación de bienestar que necesitamos.

 Carl Jung afirmaba que los procesos que ocurren en el cuerpo siguen el siguiente esquema:

 

Sensación (“me tocas el codo”)

Sentimiento (me molesta, me genera inquietud)

Intelectualización (“siempre haces algo que me molesta”)

La intelectualización, que suele ser excesiva y generalmente negativa, hace que la relación sensación-sentimiento se convierta en muchas ocasiones en creencias o generalizaciones y/o incluso en losas que cargamos a nuestras espaldas.

Cómo se realiza y que puede hacer la persona que va a recibir la sesión:

 La persona se tumba en la camilla de la forma más relajada posible. En ocasiones puede ser aconsejable hacer relajación anterior (si no está acostumbrado a estar en estados meditativos o relajados).

Le pedimos que, en cierto modo, adopte la actitud de alguien que va a ver una película, ya que se le pueden presentar imágenes, sensaciones corporales, recuerdos, olores (esto es algo personal para cada uno); pero no hay que centrarse en lo que viene a cada momento (¡la película sigue, y si te quedas dándole vueltas a algo, …. te puedes perder lo siguiente!). Y si te quedas en algo, tampoco pasa nada, puede ser algo muy relevante para la persona en ese momento.

Las manos del terapeuta estarán en todo momento en contacto con la persona. El terapeuta en silencio, estará en un estado de presencia absoluta, escuchando, sosteniendo, protegiendo al paciente. Esa presencia, esa entrega, hará que la “digestión” se realice por parte del cliente.

La sesión suele durar unos 40 minutos aproximadamente.

Una vez terminada la sesión, se conversará sobre los ocurrido, se informará de que el trabajo iniciado puede seguir en las próximas jornadas y que si surge alguna incomodidad hay que tomarla desde la idea de que el trabajo se ha iniciado y sigue.

 Lo que salga en esta sesión es siempre bueno y va en el camino de beneficiar a la persona. Es importante que no intelectualice demasiado lo ocurrido, que se quede con las sensaciones.

También decir que la mayor parte de las veces, una sesión de este tipo es muy gozosa, fuente de felicidad y relajación.

Para información o reserva haz click aquí


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